"El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma".
Caía la noche un lunes de septiembre de 2009, Jesbeg llamo al balcón y me pidió abrirle sin asomarme. Al entrar me comentó que la casa estaba rodeada, venían a capturarme. En instantes retumbaron golpes en la puerta, en cuestión de segundo funcionarios de las fuerzas especiales me apuntaban con sus fusiles, ordenándome arrodillarme con las manos en la cabeza. Cuando leyeron todo aquello de lo que me acusaban y del tiempo que podría pasar en prisión, el miedo empezó a doblegarme.
En las horas siguientes cada cosa que iba enfrentando, me abatía más, hasta que Dios en sus misteriosas formas de obrar me hizo reflexionar. En una oportunidad transmití mis palabras argumentando razones de porque me detenían y en la siguiente un mensaje: "Ellos quieren usarme para infundir miedo en los jóvenes, en los estudiantes, lo más importante es Vencer el Miedo". Muchos jóvenes, objetivos incluso de persecución asumieron el mensaje y con valentía venidos de muchas regiones del país, en especial de Carabobo y Oriente, iniciaron una gesta, que dejó el miedo atrás y abrió las rejas de la celda donde me tenían sometido.
Pero no dejaríamos esto hasta allí, fuera de prisión y transformado en un símbolo de victoria sobre la pretensión del tirano, me uní a la
huelga que había logrado mi liberación y en ese lugar recibí la visita de Vasco Da Costa.
Vasco, compartió conmigo lectura, ideas y proyectos a futuro. Sabía a lo que nos enfrentábamos y me contó su historia. Había estado en la cárcel también, varias veces por causa política, por defender la libertad. Perseguido en Peru, satanizado por la izquierda dominante en los años de "democracia" en Venezuela y torturado por el régimen chavista en 2004. Promovía la tradición, la familia y la propiedad, y eso era para algunos, suficiente motivo para perseguirlo. Sin dudarlo, asumí cada palabra y enseñanza como asesoría para nuestra organización, JAVU, la plataforma juvenil de la Resistencia. Su marca está tan arraigada en nuestra organización, que hasta las medidas de nuestras banderas, fueron diseñadas por él.
El chavismo degeneró aún más cuando Chávez murió y dejó a cargo de su banda a Nicolás Maduro. Que para imponerse uso el terror, los asesinatos y la persecución como herramienta. Nuestro liderazgo era necesario para enfrentar los miedos en la calle, pero ellos no tuvieron límite. Asesinar, no fue suficiente, detenciones masivas, pero selectivas se sumaron al arsenal del dictador. Vasco fue uno de los objetivos y allí sus últimas tragedias.
En 2014, estábamos en plena resistencia callejera. Vasco fue detenido y acusado infundadamente de colocar explosivos. Lo torturaron, lo privaron de alimentos y medicamentos, generando graves secuelas irreversibles en su organismo. Durante el año 2015 realizamos una huelga de hambre que exigía entre otras demandas la liberación de Vasco por problemas de salud, la defensoria que servia de canal de comunicación con la dictadura, negó nuestra solicitud. No fue hasta finales del 2017, por su delicado estado de salud, que la dictadura decidió liberarlo de prisión con medidas cautelares.
Para ese entonces, Maduro, gracias a la traición de la "oposición" oficial, imponía su dictadura con anuencia cómplice de partidos, que aún con el asfalto lleno de sangre de los más de 160 jóvenes que fueron asesinados en las protestas de ese año, se prestaron para el carnaval electoral y apaciguaron la rebelión civil, que por deber constitucional ejercimos en Venezuela durante buena parte de ese año. Solo unos pocos valientes mantuvieron la llama de la resistencia encendida. Entre ellos El Capitan Caguaripano y el Inspector Oscar Perez. Ambos lideraron operaciones en el ámbito policial y militar, que derivó en captura y tortura para el primero y muerte, bajo masacre para Oscar y los héroes que lo acompañaban.
La masacre de Óscar Perez, fue la guinda del terror, tanques, 1000 contra 7, cañones RPG y tiros de gracia a quema ropa, para que quedara claro que esta sería la forma de tratar a aquel que asumiera el deber de rebelarse contra la dictadura. Fue tal el nivel, que hasta el funeral y entierro fue manejado unilateralmente por la dictadura para prohibir cualquier homenaje. Pero Vasco Da Costa, líder del movimiento nacionalista, no se amilanó por el miedo, y aún con sus cautelares como amenaza, el recuerdo vivo de su reciente prisión, las carencias de salud que le afectaban producto de todo aquello, fue allí, a la tumba de Oscar Perez, y con los suyos ondeando las banderas de Venezuela y de la guerra a muerte, rindieron tributo, al héroe que masacraron para someternos a través del miedo.
Su acción derivó enseguida en una nueva persecución. En 2018, Vasco fue detenido de nuevo y sometido en prisión a las más viles torturas. Golpes y patadas en áreas afectadas hasta hacerlo vomitar, descargas eléctricas en los testiculos, lo hacían defecar y le restregaban la cara con su propio excremento, lo encerraban con ratas para que estas mordieran y comieran parte de su cuerpo. Más de dos años pasó Vasco Da Costa encerrado malviviendo todo esto. Hasta que en 2020, por interés unilateral del dictador de usar a sus rehenes como ficha de negociación, lo liberaron junto a otros presos políticos. Pero a pesar de todo lo que sufrió, Vasco contaba con el valor más grande que un humano puede preservar, DIGNIDAD, y allí, frente al mismo lugar donde sus esbirros lo habían liberado lanzo su siguiente mensaje al ser consultado sobre sus miedos:
"De decir esto tengo miedo, claro que tengo miedo. ¿Pero sabes que es lo peor?, tengo razones verdaderas y comprobadas de tener ese miedo. Pero los hombres que se dejan dominar por el miedo son cobardes. Y los hombres que liberan a los países, son los que someten a sus miedos y atacan al tirano, atacan a los poderosos. Más nada".
Aunque tuve oportunidad de conversar con Vasco luego de su liberación, hoy por su muerte derivada de años de tortura, preservó estás como llamado. Que su legado no quede solo como recuerdo de uno de los más valientes venezolanos que han existido, sino como razón viva, del propósito de la Resistencia, de los nacionalista, de los venezolanos de bien. VENCER EL MIEDO Y ATACAR HASTA DERROTAR LA TIRANIA.
Vuela alto Vasco, Dios tiene cobijo y descanso para ti. Honor y Gloria.
Julio César Rivas
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