El 12 de Febrero millones de venezolanos salimos a las calles en distintos puntos del territorio nacional. En muchas ciudades se batían récords de participación ciudadana, con calles abarrotadas de gente que gritaban a viva voz su descontento con las políticas de Maduro.
En horas de la tarde, la violencia empaño la histórica jornada, heridos, detenidos y grandes disturbios se adueñaban de la escena nacional. Censurados por el gobierno la información llegaba a cuenta gotas. Gotas que luego se transformaron en lágrimas al enterarnos como cayeron dos compañeros asesinados por la represión del gobierno.
Y fue así como enfrenté el 13 de febrero, parado y lleno de impotencia en el lugar donde fue asesinado Roberto Redman, su sangre aún era una mancha visible en el suelo y una cicatriz imborrable en la mente de todos aquellos que tuvimos oportunidad de conocerlo.
Los honores lo transformamos en protesta, por el asesinato de Roberto y también por el de Bassil Da Costa, sumado a la exigencia de liberar a más de 100 compañeros que están detenidos injustamente como Jesus Gómez, estudiante de la UCAT y director de JAVU, preso en Coro.
Han pasado varios días, la gente protesta por sus razones y llena las calles en gigantescas manifestaciones. Surgen sin embargó reclamos por falta de organización e incluso por la improvisación que viven los manifestantes en las actividades. Es entendible cuando hay tantas personas involucradas.
De aquí mi llamado, salimos en inicio por la raíz de los problemas: El Gobierno de Maduro, a quién sin ambigüedad le exigimos su renuncia por incapaz y represor. Por eso murió Bassil, por eso murió Roberto. Y es nuestra responsabilidad moral e histórica que sus muertes no sean vanas.
No te canses, no te desanimes, apenas estamos comenzando. Debemos mantener la calle, sumar a más sectores, Ser pacientes, rectificar errores y socavar cada pilar débil que sostiene a este régimen opresor y censurador.
Sigamos en la calle hoy 16 de febrero, mañana 17 y todos los días que sean necesarios.
Resistencia Hasta La Victoria
Julio César Rivas
Enviado desde mi iPhone
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