Este pronóstico preocupante representa un dilema para Caracas, ya que los líderes chavistas tienen miedo de que sus seguidores más fervientes se sientan traicionados una vez que la supuesta "recuperación del cáncer" salga a la luz como una gran mentira. Mientras tanto, los responsables de la política en Washington parecen no estar preparados para lidiar con el caos que podría producirse en cuanto los criminales dentro del régimen de Chávez se propongan a retener el poder a toda costa.
Chávez quiere que su pueblo crea que se "curó" hace meses y que las recientes visitas a Cuba han confirmado su recuperación milagrosa. Sin embargo, su deterioro físico se acelera más rápido de lo que sus médicos habían previsto y a pesar de esta grave situación, Chávez ha insistido en recibir dosis bajas de quimioterapia para evitar largas ausencias de la escena política durante este frágil período.
Bajo este plan desesperado, el equipo de Chávez planea anunciar "unas vacaciones cortas" y "descansos" en la isla de La Orchila, pero lo que realmente recibirá será tratamiento médico en un pequeño centro acondicionado que se ha instalado recientemente en esa residencia presidencial.
Estas últimas revelaciones coinciden con la información que me han proporcionado mis fuentes desde hace varios meses. Lo que comenzó como un cáncer de próstata agresivo hace mas de un año, se había extendido al sistema linfático y los huesos incluso antes de que Chávez accediera a buscar tratamiento. La reacción de su cuerpo a las dos primeras rondas de quimioterapia fueron tan debilitantes que sólo recibió la tercera ronda durante su más reciente visita a Cuba. (En las dos ocasiones anteriores, cuando iba a someterse a tratamiento, su equipo médico decidió que la cantidad de glóbulos rojos en su cuerpo era muy baja y su condición tan débil que la quimioterapia seria mas dañina que benéfica.)
Los médicos creen que la decisión de Chávez de solicitar una dosis más baja de quimioterapia para tratar de continuar sus funciones públicas es suicida, pero no tienen más remedio que estar de acuerdo con este plan desesperado. Y para empeorar la situación, el tratamiento para combatir las células cancerosas en los huesos del líder venezolano aún no ha comenzado.
La segunda decisión peligrosa de Chávez es seguir engañando al pueblo venezolano sobre su grave estado de salud. Sus asesores políticos están preocupados de que su líder está acelerando su propia muerte y dejando a su sucesor la tarea imposible de explicar el por qué los líderes chavistas instigaron esta gran mentira.
Chávez y su circulo más cercano, quienes han tenido meses de aviso previo sobre la crisis que se avecina, han concluido que el ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, tiene la mayor oportunidad de movilizar a su base política como candidato presidencial sustituto. Mientras tanto, los narco-generales están decididos a preservar su refugio incluso si eso implicara frustrar las elecciones.
Los diplomáticos de EE.UU. conscientemente han desviado la atención de Venezuela desde hace años para evitar enfrentarse a la creciente amenaza de una década de conspiración de Chávez con nuestros enemigos y rivales. De acuerdo con fuentes confiables, las autoridades de EE.UU. tenían conocimiento del cáncer de Chávez seis meses antes de su admisión pública y ahora saben que es poco probable que sea candidato en las próximas elecciones presidenciales.
EE.UU. requiere un grupo de trabajo para prevenir el posible caos que pudiera derivarse de una confrontación entre chavistas y los lideres democráticos en Venezuela. Los diplomáticos deben movilizarse discretamente y rápidamente para coordinar una respuesta regional a la muerte de Chávez y apoyar una genuina transición democrática en lugar de la sucesión que los chavistas tienen en mente.
Después de que Chávez salga del escenario, los líderes de la región deben movilizarse para insistir en que el régimen y sus aliados extranjeros respeten los resultados de una elección que sea libre, justa y que cuente con la participación de observadores internacionales. La comunidad interamericana debe comprometerse a ayudar a la rehabilitación de la economía y a la restauración del imperio de la ley.
Hay algunos temas cruciales que exigen liderazgo por parte de Washington. Por ejemplo, se debe aislar a los narco-generales para que no puedan impedir una transición pacífica y se debe mostrar apoyo a los oficiales del ejército que son leales a la constitución.
Pekín, Moscú, La Habana y Teherán deberán mantenerse fuera del escenario político de Venezuela mientras los venezolanos recuperan su futuro. Las autoridades en EE.UU. deben estar preparadas para lidiar con el impacto de una situación turbulenta a corto plazo en un país donde se compra el 10 por ciento de nuestro petróleo.
Washington también debe desarrollar un plan a largo plazo para ayudar a los venezolanos a limpiar los residuos tóxicos de los terroristas, los narcotraficantes, la corrupción y los agentes cubanos que Chávez dejará atrás.
PD: Roger F. Noriega fue embajador ante la Organización de Estados Americanos de 2001-2003 y Secretario Adjunto de Estado de 2003-2005. Él es un investigador visitante en el American Enterprise Institute y director ejecutivo de Vision Americas LLC, que representa a EE.UU. y a clientes extranjeros, y contribuye en www.interamericansecuritywatch.com.
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